martes, 21 de diciembre de 2010

Padres Tecnológicos

¿Quién ha visto la carita de su bebe antes de nacer?... Yo. Sí, yo fui una de las primeras personas que a través de la maravilla del sonograma,  pude ver la carita de mi hija Alondra en una imagen sonográfica. Creo que esta fue una de las primeras alegrías  que experimenté  como madre gracias  a la tecnología. Mi nombre es Belinda Ramos. Soy madre de tres hijos extremadamente maravillosos y sorprendentes. Créanme, cuando digo extremadamente lo digo con todas las implicaciones que esta palabra pudiera tener. Alguien dijo que vivir en el trópico no es fácil y ser padre o madre tampoco lo es. Claro, que he aprendido a través de mi viaje por la vida, que todo lo que vale la pena, de seguro tiene su dificultad. No hay cosa más grande que me haya sucedido en la vida, que ser madre de tres hijos. Aunque vivo con cuatro niños, las casadas saben porque somos madre de 3 + 1, mi vida es un maravilloso torbellino, gracias a la asistencia técnica que me brinda día a día la tecnología. Verdaderamente no sé cómo las mega mujeres de 60 años atrás pidieron sobrevivir a familias espeluznantemente numerosas sin lavadora, secadora, nevera, estufa ni microondas, por lo menos. La tecnología no solamente nos ayuda a ser madres rápidas y eficientes que cocinan en 15 minutos, lavan y secan 10 tandas de ropa al día y entregan a sus hijos a  la misma hora en tres escuelas diferentes, sino que nos permite, además, ser maestras, ingenieras , recepcionistas, investigadoras, ext., ext., ext...
            Para los padres y madres que tienen hijos con condiciones especiales el reto es aún mayor. El que da primero da dos veces. Esta es actitud de los padres y madres que no tienen tiempo que perder.  La carrera que nos ha tocado correr, no solo es de tiempo sino de resistencia y persistencia. Un día perdido en la vida de nuestros hijos e hijas especiales se traduce en meses de atraso. Nuestra carrera es más intensa porque no hay espacio para el descanso, descanso es sinónimo de retroceso. El tiempo de un padre especial se proyecta de forma inusual y desconocida,  donde todo y nada puede suceder¸ donde lo que esperamos no llega, aunque tenemos la certeza de que lo veremos. Padres y madres especiales, este es un camino de fe, esperanza y amor, el combustible para que tu guagua no camine al revés.  Y en este camino de fe, definitivamente la tecnología es uno, de nuestros  mayores aliados.
  Ante el inminente anuncio de que nuestro hijo nacería a pesar de tener 28 semanas de gestación,  la maravilla del teléfono y el automóvil, permitió que un equipo de médicos y especialistas nos estuvieran esperando para asistirnos en este proceso tan traumático y sorpresivo de nuestras vidas. Ante un nacimiento prematuro y repentino, nuevas palabras y términos fueron añadidos de golpe y porrazo a mi limitado vocabulario de joven  madre y esposa que, hasta entonces, vivía enajenada de la realidad de otros padres. Anoxia, AFGAR, hemorragia interventricular, hidrocefalia, válvula de Silvio, perlesía cerebral… Fueron algunos de los términos médicos nuevos y desconocidos para nosotros, que nos cayeron encima como baldes de agua fría, haciéndonos despertar a la desesperante realidad de la dimensión desconocida.  Lugo de pasar por el valle de las sombras,  su vara y su cayado  nos infundieron aliento. La vara de la informática y el cayado de la fe en Cristo.  Ambos fueron sostén  y dirección para salir hacia delante y sobre todo ayudar a  Caleb e  Isaac, nuestros hijos con necesidades especiales. A través del internet pudimos conocer  y entender los diagnósticos de nuestros hijos, pero sobre todo, pudimos encontrar ALTERNATIVAS.   Señor,  alternativas  y posibilidades para nuestros hijos en un mundo indiferente  al dolor y las necesidades de los diferentes, pero no menos.  En un principio los equipos médicos como nebulizador portátil para terapia respiratoria, maquina de succión  de secreciones y tanques de oxigeno, le salvaron la vida en varias ocasiones. A través del  teléfono y  la internet pudimos coordinar citas,  servicios de terapias,  una operación en los EU y los servicios del Hospital Shuenners, en PR.  También,  mediante radio y televisión, pudimos  levantar una campaña de recaudación de fondos para operar a Caleb en la Universidad de Los Ángeles, California.  La imprenta fue nuestra gran aliada a la hora de difundir información escrita sobre la condición de Caleb y lo que esperábamos  de dicha operación.  Mediante un estudio de movimiento con rayos laser,  pudimos identificar las áreas más  afectadas  del cordón espinal, realizar la rizotomía  dorsal selectiva en el lugar preciso, eliminando  así, gran parte de la espasticidad que limitaba la ambulación y coordinación de nuestro hijo Caleb.   La asistencia tecnológica  es otra herramienta que le ha ayudado a alcanzar el mundo de la lecturoescritura, lo cual hubiera sido imposible usando  los métodos tradicionales de enseñanza. Otro regalo que le ha brindado  la tecnología es, la conexión  con un mundo de amistades a través de las redes sociales  de facebook  y Mysapce,  donde tanta gente lo conoce y donde he perdido el nombre, porque ya no soy Belinda, soy la Mamá de Caleb. 
En fin, nos amaneceríamos enumerando todos los beneficios que ha tenido la tecnología para nosotros como padres especiales y para nuestros hijos, pero más que compartir con ustedes nuestra experiencia, deseamos hacerles una invitación a  llorar y a reír, a ver los detalles y no el macro, a caminar sin prisa pero sin pausa, a eliminar de tu vocabulario : no puedo,  no tengo , no encuentro, es imposible…  sobre todo la palabra nunca. Nunca es mucho tiempo,  y es el mismo que no tenemos para perder.  Ante todo esfuérzate y  se valiente, no estás  solo, no estás  sola, Dios te ha dotado de lo necesario para alcanzar los deseo de tu corazón….la capacidad de Creer.